El abucheo al ministro Edwin Palma en Cartagena refleja el creciente malestar del sector energético frente a las políticas del Gobierno Petro. La falta de diálogo, las tensiones por el contrabando y la desconexión con la realidad empresarial estarían detrás del rechazo.
Durante la clausura del Congreso Nacional de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos 2025, realizado en Cartagena, el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, fue abucheado por decenas de asistentes. El episodio ocurrió cuando el funcionario mencionó que el Gobierno contaba con un 44 % de favorabilidad, lo que provocó gritos de “mentiroso” y exigencias para que abandonara el recinto. La intervención tuvo que ser interrumpida en varias ocasiones y finalmente acortada ante la tensión creciente.
El rechazo no parece ser solo por la cifra mencionada, sino por una acumulación de inconformidades del gremio frente a las políticas del Gobierno en materia energética. Empresarios del sector han manifestado preocupación por la falta de garantías para combatir el contrabando de combustibles, la ausencia de incentivos para la formalización laboral y la poca articulación con las realidades del mercado. La intervención de Palma, lejos de calmar los ánimos, fue percibida como desconectada del contexto y carente de autocrítica.
Mientras el Gobierno insiste en que avanza hacia una transición energética justa, los distribuidores minoristas denuncian trabas operativas, falta de apoyo institucional y decisiones que afectan la sostenibilidad de sus negocios. El abucheo a Palma no fue solo un gesto de desaprobación, sino un llamado urgente a revisar el enfoque gubernamental y abrir espacios reales de diálogo con los actores del sector.