Las tensiones entre Colombia y Estados Unidos escalaron a su punto más alto después de que Gustavo Petro respondiera con tono desafiante a las declaraciones del senador republicano Lindsey Graham, quien mencionó una posible operación terrestre contra el narcotráfico en Colombia y Venezuela. El mandatario colombiano advirtió que “el pueblo se armaría” si Washington llegaba a invadir territorio nacional.
Petro, fiel a su estilo provocador, recordó la historia de resistencia del país y lanzó una frase que encendió el debate: “El pueblo colombiano, cuando es agredido, se va a las montañas y se vuelve invisible”. El comentario, que mezcló simbolismo y advertencia, fue interpretado como un mensaje directo al presidente Donald Trump, responsable de planear las supuestas incursiones militares.
La respuesta del jefe de Estado generó una tormenta política dentro y fuera del país. Mientras sus simpatizantes lo aplaudieron por “defender la soberanía”, sus críticos lo tildaron de irresponsable por desafiar a la potencia militar más grande del mundo.
Desde Washington, el senador Graham ratificó que Estados Unidos “no descarta una acción terrestre” en territorio colombiano y venezolano para frenar el narcotráfico. Sin embargo, Petro insistió en que Colombia “no aceptará imposiciones extranjeras”, dejando claro que su enfrentamiento con la Casa Blanca apenas comienza y que su discurso de resistencia.