Durante la ceremonia de ascensos en la Escuela Militar José María Córdova, el presidente Gustavo Petro lanzó un mensaje contundente a las Fuerzas Militares y a la comunidad internacional: la orden es “defender la soberanía con la vida”. Sus palabras fueron interpretadas como una respuesta directa a las advertencias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien insinuó posibles acciones militares contra países productores de cocaína, entre ellos Colombia.
Petro, en tono desafiante, aseguró que “Colombia no se deja amenazar” y advirtió que cualquier intento de pasar de la amenaza a la acción “solo despertará el jaguar americano que está dormido en el corazón del pueblo”. El mandatario evocó símbolos históricos al presentarse como heredero de Bolívar y José María Melo, reforzando la idea de que la defensa nacional es un mandato histórico y vital.
Las declaraciones generaron un intenso debate político y diplomático. Mientras sectores oficialistas respaldaron el mensaje como un acto de soberanía, críticos señalaron el riesgo de escalar tensiones con Washington. El discurso de Petro marca un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, en un contexto donde Estados Unidos ha endurecido su postura frente al narcotráfico y Colombia busca reafirmar su independencia frente a presiones externas.
