El presidente Gustavo Petro denunció públicamente que está siendo “perseguido” por su decisión de adquirir aviones de combate Gripen a Suecia, en lugar de optar por los F-16 ofrecidos por Estados Unidos. La compra, valorada en más de 16,5 billones de pesos, ha generado tensiones diplomáticas, especialmente luego de que se conociera que el mandatario enfrenta restricciones para abastecerse de combustible en Asia por su inclusión en la llamada ‘Lista Clinton’.
Según fuentes, el gobierno de Estados Unidos estaría preparando una nueva fase de sanciones, esta vez enfocada en personas cercanas a Petro, incluida su expareja Verónica Alcocer. Las investigaciones apuntan a presuntos flujos de dinero provenientes de Venezuela durante la campaña del Pacto Histórico, relacionados con futuros negocios de energía y gas. Autoridades de Italia, Suecia y España ya habrían sido contactadas para rastrear movimientos migratorios de al menos ocho personas vinculadas al caso.
El embajador de Colombia en Suecia, Guillermo Reyes, negó cualquier uso indebido de recursos públicos en los viajes de Alcocer a Estocolmo y rechazó estar involucrado en el negocio de los aviones. Por su parte, Petro afirmó que la molestia de funcionarios estadounidenses se debe a su negativa de comprar aviones usados a EE. UU. y defendió la legalidad de la negociación con Saab, fabricante sueco de los Gripen.
El caso ha escalado con la mención de cuentas bancarias en Miami y propiedades en Bogotá que estarían relacionadas con los fondos investigados. Además, el senador estadounidense Bernie Moreno tendría una lista de 35 personas para ser incluidas en la ‘Lista Clinton’, algunos de cuyos nombres coinciden con los entregados por testigos a agentes federales.