En medio de un evento oficial en el Cauca, el presidente Gustavo Petro volvió a desatar controversia, no por sus propuestas, sino por sus gestos. Tras la intervención de Gloria Miranda, directora del programa de sustitución de cultivos ilícitos, el mandatario la abrazó públicamente y lanzó una frase que encendió las redes: “Todas las ministras y funcionarias del Gobierno del cambio son hermosas. Entonces, cada vez que se me acercan los periodistas chismosos, escriben que son novias mías”.
El comentario, lejos de ser anecdótico, fue interpretado como una muestra de machismo institucional. La periodista y precandidata presidencial Vicky Dávila reaccionó con contundencia, calificando a Petro de “misógino, machista y morboso”, y denunciando el episodio como una falta de respeto hacia las mujeres que hacen parte de su propio gabinete.
El gesto del presidente, acompañado de una sonrisa y una frase sobre la apariencia de sus funcionarias, ha generado reacciones en redes sociales y entre figuras públicas. Diversos sectores han retomado el episodio para discutir el lenguaje utilizado por el mandatario y su impacto en la representación de las mujeres en espacios institucionales. El comentario también ha sido vinculado por algunos usuarios con debates sobre equidad, rol profesional y respeto en el discurso público.