En un acto político realizado en Tierralta, Córdoba, el candidato presidencial Iván Cepeda delineó los pilares de lo que denominó una “revolución agraria”. El aspirante del Pacto Histórico aseguró que su propuesta busca garantizar el acceso universal al agua potable, mejorar las vías terciarias, fortalecer la producción agropecuaria y asegurar fuentes de energía para las comunidades rurales.
Cepeda enfatizó que más de la mitad de la población rural carece de acceso digno al agua, lo que calificó como “una de las mayores injusticias en nuestro país”. En ese sentido, prometió impulsar la construcción de acueductos rurales y sistemas de potabilización, además de fortalecer la gestión pública y comunitaria del recurso hídrico, con control social y transparencia.
El candidato también reiteró su compromiso de avanzar en la entrega de tierras a campesinos, siguiendo el ejemplo del actual gobierno de Gustavo Petro. Aunque algunos sectores opositores han interpretado estas propuestas como un paso hacia la colectivización o incluso la expropiación de tierras privadas, lo cierto es que en sus discursos Cepeda ha hablado de defender a las familias campesinas frente a despojos históricos y de garantizar condiciones para una ruralidad próspera y libre de narcotráfico.
Finalmente, Cepeda anunció un plan de austeridad que incluye la reducción de su propio sueldo y el de sus ministros, así como la eliminación de beneficios excesivos y la supervisión estricta de contratos estatales. Según explicó, los ahorros se destinarán a programas sociales y a reforzar la confianza ciudadana en las instituciones. Con este paquete de medidas, el candidato busca posicionar su proyecto como una transformación estructural del campo colombiano, aunque las propuestas sobre tierras aún generan debate y presunciones sobre su alcance real.
