Francia Márquez era pura boca, sus quejas eran para presionar a Petro y le diera su porción, la izquierda siempre pensando en la plata

Tras meses de tensiones, distanciamiento público y declaraciones que evidenciaban fracturas internas en el Gobierno, el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez reaparecieron juntos en un evento oficial en Timbío, Cauca, el jueves 11 de septiembre. La postal de ambos cogidos de la mano y sonrientes fue interpretada como una señal de reconciliación política.

Durante la firma del Pacto Territorial por el Cauca, Márquez tomó la palabra y lanzó un mensaje directo que encendió las alertas políticas: “Presidente, el 2026 nos espera y debemos ir juntos”. La frase, cargada de simbolismo, fue recibida por los asistentes como una alusión a la posibilidad de reelección presidencial o a una eventual convocatoria de constituyente, temas que han rondado el discurso oficial en los últimos meses.

El acto se celebró en el Coliseo Municipal de Timbío, municipio del Cauca, como parte de la presentación de un plan de inversión social por más de $27 billones para la región. La presencia conjunta de Petro y Márquez fue la gran novedad del evento, luego de meses en los que la vicepresidenta había denunciado públicamente exclusión, racismo institucional y falta de respaldo desde la Casa de Nariño.

La frase de Márquez no solo marca un giro en la narrativa de confrontación que había sostenido con el presidente, sino que también reaviva el debate sobre los planes del progresismo para mantenerse en el poder más allá de 2026. En clave electoral, el gesto puede interpretarse como una estrategia para cohesionar el bloque oficialista ante las próximas consultas interpartidistas.