La Casa Blanca confirmó una nueva operación militar nocturna en el mar Caribe que terminó con una embarcación hundida y, según funcionarios estadounidenses, seis personas fallecidas. El secretario de Guerra difundió imágenes del ataque y afirmó que la lancha estaba vinculada al Tren de Aragua y transportaba drogas, aunque el Pentágono no ha presentado pruebas públicas que lo respalden.
El anuncio del bombardeo fue publicado en redes por el funcionario que dirige la estrategia, quien habló de “narcoterroristas” y justificó el ataque como una medida para desarticular redes de contrabando. Testimonios oficiales señalan que la intervención se efectuó en aguas internacionales durante la noche y que hubo detonaciones que provocaron fuego y una gran columna de humo.
Esta acción se suma a una serie de ataques previos en el Caribe atribuidos por Washington a organizaciones ligadas a Venezuela y a grupos guerrilleros, lo que eleva la tensión diplomática en la región. Analistas señalan que estas operaciones, presentadas por la administración como parte de la lucha antidroga, han provocado críticas por la ausencia de transparencia y por el uso de fuerza letal en alta mar.
Ante la escalada, las autoridades locales y los actores marítimos deben extremar precauciones y seguir los comunicados oficiales, mientras crece la preocupación por posibles consecuencias humanitarias y legales. Familias y comunidades en las rutas afectadas reclaman información sobre las identidades de los fallecidos y piden garantías sobre la protección de civiles.