La reciente activación de la operación Lanza del Sur, liderada por el Comando Sur de Estados Unidos, ha encendido todas las alarmas en la región. Lo que parecía un operativo más en el Caribe se ha transformado en un giro estratégico que, según expertos, rompe las reglas del juego y redefine el mapa del poder en el hemisferio.
El presidente de Inter American Trends, Antonio De La Cruz, afirmó que EE.UU. “movió una pieza que cambia el equilibrio del Caribe por años”, señalando que esto no es un despliegue puntual, sino una doctrina de presión total contra estructuras criminales y regímenes que las protegen.
Para De La Cruz, la paciencia estadounidense “se agotó” y el enemigo ya no es visto como cartel, sino como organización terrorista, lo que eleva la respuesta a otro nivel.
Según el análisis, Lanza del Sur busca asfixiar desde adentro a las redes criminales conectadas al poder venezolano, cerrando rutas, exponiendo operadores y forzando traiciones internas. El Caribe Sur pasa a ser un tablero con nuevas reglas: zona blindada para actores criminales y línea roja para gobiernos que los respalden.
