El ministro de Minas y Energía de Colombia, Edwin Palma, se suma a la lista de altos funcionarios del Gobierno Petro que han perdido el acceso a Estados Unidos. La embajada norteamericana en Bogotá notificó oficialmente la cancelación de sus visas diplomática (A1) y de turismo (B1/B2), en una decisión que sacude el tablero político y agudiza la tensión bilateral.
La revocación se produjo a finales de septiembre, en medio de una escalada diplomática que ya había afectado al presidente Gustavo Petro, luego de sus polémicas declaraciones instando a la fuerza pública estadounidense a desobedecer órdenes del mandatario Donald Trump. Según el comunicado consular, Palma podrá solicitar una nueva visa, pero deberá iniciar el proceso desde cero, como cualquier ciudadano común.
Este nuevo veto diplomático no solo pone en evidencia el deterioro de las relaciones entre Bogotá y Washington, sino que también plantea interrogantes sobre el alcance de las sanciones políticas en el gabinete colombiano. ¿Es una advertencia directa al Gobierno Petro o una estrategia de presión internacional frente a sus posturas críticas?.
Con esta medida, Estados Unidos refuerza su postura frente a los discursos disruptivos del Ejecutivo colombiano, mientras en el país crece la incertidumbre sobre el impacto reputacional de estos vetos. ¿Hasta dónde llegará la lista de funcionarios vetados? ¿Y qué consecuencias tendrá para la agenda energética y diplomática de Colombia?