El presidente Gustavo Petro generó controversia durante una reciente alocución en la que, al hablar sobre embarazos e interrupciones en Colombia, hizo un comentario fuera de contexto al referirse a que en los barrios populares siempre hay un “Brayan” que se lleva a las mujeres y después las deja embarazadas. Aunque el mandatario lo expresó con tono de gracia, sus palabras no fueron bien recibidas debido a la grave situación que atraviesa el país en materia de salud, seguridad y economía.
La reacción de muchos colombianos fue inmediata y crítica, cuestionando por qué el presidente desvía la atención hacia comentarios que consideran irrelevantes frente a problemas urgentes. Señalan que el país vive una crisis profunda: ataques continuos de grupos armados ilegales, aumento en los precios de la gasolina, inflación en los productos de la canasta familiar, alza en pasajes y arriendos, así como dificultades para acceder a medicamentos esenciales.
La percepción popular es que, durante estos tres años de gobierno, han retrocedido los avances obtenidos en administraciones anteriores y que el mandatario no ha dado respuestas contundentes a estas problemáticas. Algunos incluso sugieren que el presidente Petro actúa como ese “Brayan” que, simbólicamente, ha tomado el país para luego dejarlo en una situación crítica mientras evita pronunciarse oportunamente en momentos de crisis.
Este episodio subraya la tensión existente entre la opinión pública y la gestión presidencial, evidenciando una ciudadanía cada vez más exigente ante la necesidad de soluciones urgentes y efectivas.