En la plenaria del Senado del 3 de diciembre, un debate de control político terminó convertido en un enfrentamiento verbal que sacudió el recinto. La sesión, convocada para cuestionar al ministro de Defensa Pedro Sánchez, al jefe de la UNP Augusto Rodríguez y al director de la DNI Jorge Arturo Lemus por presuntos vínculos con alias ‘Calarcá’, se desvió cuando el senador y precandidato presidencial Iván Cepeda lanzó fuertes señalamientos contra Santiago Uribe, hermano del expresidente Álvaro Uribe, a quien calificó como “jefe paramilitar”.
El ambiente se tensó aún más cuando la senadora Paloma Valencia, citante del debate, interrumpió la intervención de Cepeda. Ante esto, el congresista le respondió con un contundente “cálmese”. Fue entonces cuando Valencia replicó con una frase que desató la polémica: “Iván Cepeda, no me vaya a mandar a matar”. La acusación directa sorprendió a los presentes y obligó a suspender momentáneamente la sesión para recuperar el orden en el recinto.
Tras la pausa, la senadora María José Pizarro del Pacto Histórico intervino para rechazar las palabras de Valencia y defender la dignidad del Congreso. “Acá no somos bandidos ni delincuentes, somos senadores y senadoras como usted”, afirmó, subrayando que no se puede permitir que el debate democrático se degrade con señalamientos de matones o delincuentes.
