El debate por la millonaria compra de los nuevos aviones Gripen estalló en redes y Gustavo Petro decidió responder de frente. El mandatario defendió el acuerdo asegurando que no hay un solo peso de sobrecosto y que la polémica nace según él de la “ignorancia” de la prensa que no habría revisado el contrato. Para el presidente, esta es una compra histórica que rompe con la tradición de adquirir equipos de segunda mano.
Petro aseguró que los 17 aviones adquiridos a Saab incluyen mantenimiento, repuestos y transferencia tecnológica, lo que dice justifica los más de 16 billones que costará la operación. “Estamos acostumbrados a comprar chatarra”, afirmó, haciendo referencia a negociaciones pasadas que, según él, ofrecían aeronaves desgastadas y sin garantías para el país.
El mandatario insistió en que la oposición está tergiversando los números y comparando la compra con la venta de F-16 estadounidenses o los Rafale franceses, que según su versión eran modelos usados o de menor conveniencia. Aseguró que con Saab se firmó un acuerdo que incluye compromisos de inversión social y tecnológica en Colombia.
Mientras tanto, las críticas siguen creciendo. Sectores políticos y expertos en defensa cuestionan el momento, el monto y la falta de transparencia, mientras las Fuerzas Militares celebran lo que consideran un salto tecnológico sin precedentes. El ruido sigue, pero Petro dejó claro que no dará un paso atrás.
