Un reciente estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison ha confirmado lo que muchos ya intuían: no hay nada como una llamada a mamá para aliviar el estrés. Según los investigadores, escuchar la voz de una madre tiene un efecto casi mágico en el bienestar emocional, ya que estimula la liberación de oxitocina, conocida como la «hormona del amor». Este químico natural no solo genera una sensación de calma, sino que también fortalece los lazos emocionales.
El estudio destaca que, aunque no siempre sea posible un abrazo en persona, una simple conversación telefónica con mamá puede ser suficiente para sentir su apoyo y cariño. Es como si su voz tuviera el poder de envolvernos en un manto de tranquilidad, recordándonos que no estamos solos frente a los desafíos de la vida.
Los expertos aseguran que este efecto no tiene edad: tanto niños como adultos pueden beneficiarse de este «remedio materno».