Un almacén decidió ir al grano con un problema que, aunque incómodo, afecta a todos: los malos olores en el área de probadores.
Cansado de lidiar con clientes que dejan su «marca olfativa» en las prendas, el propietario colocó un aviso que no tiene pérdida y que ha arrancado risas (y alguna que otra ceja levantada): «Con grajo no se puede medir la ropa».
El singular letrero no solo busca evitar que los vestidos queden «impregnados» después de probarse, sino también mandar un mensaje claro: la higiene es clave, incluso mientras compras.
Aunque para algunos este aviso podría parecer directo de más, otros han elogiado la creatividad y sentido del humor del dueño, cuyo ingenio ya le está trayendo más clientes… o al menos, más visitas curiosas.
En redes sociales no han faltado los comentarios jocosos.
¿Será que otros negocios seguirán esta peculiar tendencia? Mientras tanto, este cartel ya tiene asegurado su lugar en el salón de la fama de letreros inolvidables
