En un movimiento que ha generado gran controversia, se dio a conocer que los representantes a la Cámara ya están estrenando nuevas sillas de oficina, cada una con un costo de 7 millones de pesos.
La adquisición de estos muebles de lujo forma parte de un contrato, inicialmente de 28.000 millones de pesos, para la compra de muebles y enseres para más de 160 oficinas en el edificio del Congreso. Las compras también incluyen televisores, cámaras de televisión, escritorios, cerraduras, baterías y la autorización para arreglar unas oficinas.
Inicialmente, la compra de esas sillas, autorizada por la Dirección Administrativa, se incluyó en un contrato por 28 mil millones de pesos que se firmó en junio. Sin embargo, en octubre se autorizó una adición de 8 mil millones de pesos, llegando a la suma de 35 mil millones de pesos.
La noticia ha causado indignación entre la ciudadanía, especialmente en un contexto donde se predica la austeridad y la moderación en el gasto público.