La percepción generalizada de que al cumplir los 18 años uno está listo para enfrentar el mundo por su cuenta es un ideal que muchos jóvenes anhelan alcanzar. Sin embargo, la realidad suele ser diferente. Las obligaciones de administrar una casa, pagar el alquiler, las compras y los servicios públicos pueden ser abrumadoras, ya que se requiere de un empleo con un salario adecuado para cubrir estos gastos recurrentes.
El rol de los padres más allá de la mayoría de edad Por otro lado, los padres, después de haber apoyado a sus hijos durante años, aspiran a un retiro económico que les permita concentrarse en sus propias necesidades y obligaciones financieras. A pesar de esto, hay situaciones en las que la mayoría de edad no es suficiente, y los padres deben continuar brindando apoyo a sus hijos.
De acuerdo con la Ley 1098 de 2006, diseñada para proteger a niños y adolescentes, los padres tienen la obligación de cuidar de sus hijos si estos continúan con su educación. En ciertos casos, esta responsabilidad puede prolongarse incluso después de los 25 años, especialmente si el hijo sufre de alguna discapacidad física o mental que le impida mantenerse económicamente por su cuenta.
En este contexto, la Corte Suprema de Justicia tiene la autoridad para exigir a los padres que continúen proporcionando el soporte financiero necesario para los gastos mensuales de sus hijos. Si los padres están divorciados, deben establecer una pensión alimenticia que se ajuste a sus ingresos y satisfaga las necesidades fundamentales de sus hijos.